Rueda la fantasía
llena de compositores soñadores
y un vigilante cisne pone fin
a los manantiales de la imaginación,
¡Tú me perteneces!
Un encuentro de tus anhelos me roza,
vital sentido del estandarte de mis heridas,
¡Tú me perteneces!
Asomo palabras a tu medula,
liquidas,
ahogadas en melancólica hierbabuena,
donde el perfil de un clavel rosado
bucea en persecución de tus lagrimas
ocultas de extraños símbolos
que caen de tus sentidos,
¡Tú me perteneces!
No sé qué pensar,
tú amamantas los sonido de mí corazón,
pero miras y callas,
y gimen tus labios
con mis caricias a tus sueños,
tiranía de un deseo que desfila dulce ,
reincide cauteloso en las cimbras de tus labios
buscan al trovador entre olas de sus bordes,
entre compases desnudos
de nuestros cuerpos clandestinos,
hoy reestreno mi temblor
hundido en ladridos afanosos de placer,
hoy deambulo,
entre tu balcón y tus cabellos
ya no hay pupilas ilusorias
orilla de la soledad,
son chispas ágiles,
fondo de una pluma
en alianza con las dunas de mis versos
cuyo contenido excita tus faldas,
¿Dónde te hallaré?
Lejos de ti, un poro del alfabeto
forma en tu mirada una erosión
con bella y hermosa rima,
es el espíritu menta de un felino
que bosteza con estupor sobre mi escritorio,
eres navío volcado en auspicios
de bordados epítetos que flotan a mi este,
estrecha unión de un silbido
y el viento de tus dedos,
yo jirón y tú decoro,
incrustaciones que cercenan nubes
al crujir en nuestra memoria.
García de Garss
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