Las olas encrespadas
llenas de furia
y aniquiladora espuma
asociada con la bruma
y las densas nubes negras
tratando de detener
llevando tu barco a la deriva
aquel que debió llegar
y se perdió entre las aguas
más oscuras y siniestras.
Aquella nave dorada
manejada por tu amor
con sus velas puras blancas
y su timón firme y seguro
tu corazón.
Ella se ha desvanecido
en el aire oscurecido
no sé donde estará
tu alma está perdida
en esa tempestad
girando y girando
sobre si misma
tratando de no naufragar.
Tu navío aún desorientado
no sabe adonde irá.
Sigue luchando mi vida
no vayas a encallar
en una playa lejana
porque mi corazón crujiente
aún te esperará.
Diana Chedel -Argentina-
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