viernes, 1 de enero de 2016

RECUENTO


Se inicia el final
Del casto aire juglar
La violencia merodea
Y sus manos me sujetan
A este humo miedoso
Que se nubla de rojo

Se pelean las horas
Con uñas se arrancan
Pedazos de almas
Y retazos de caras

La vida cuelga
Del goteo del filo
de un cruel destino
En sangre de vinos

El párrafo se adelanta
A la inquieta palabra
Los tactos se despiertan
Sus poros balbucean
En atoros de sal dispuesta
Claman por dispararse
Y dejar su piel sin carne

Límites transparentes
Se repliegan y decrecen
El demonio me extravía
Mi sombra vaga perdida

Un filón de aire alegre
parándose ante mí
Me acaricia me tiende
Su triste mano infeliz

Su llanto mojando
Una pausa de luz
La quiebra la parte
En tierna finitud

Aumento de tensión
Delirio de eclosión...!
Entre el pan y su crepitar
Y su paladar sin degustar

Las ventanas allá afuera
Me miran se abrazan
Trepidando desaparecen
Edificios ciegos que mueren.

Aquí... Ni la luz se salva
Ni la risa de la máscara
Ni el agua ni el hielo
Que cubre su alimento

Menos este viejo sofá
Que estoico piensa ya
En todo lo que se vendrá

Aquí... Las fotos me miran
La oscuridad me mira
Volteo...Y todo en conjunto
Me mira

Mis ojos cierro
Los abro y es lo mismo

¡Oh! Mis ojos ciegos
Dejaron de mirar
Sólo yo y mis dos manos
Me faltan cuatro más
Para poder mi dicha alcanzar.

Alex Castillo Lynch. 

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