Veo como algunas lágrimas de rocío caen sobre
hierbas lozanas y flores silvestres en un
amanecer sin pesar ni lamento,
el sol apenas aparece y entibia.
Los techos se pintan con su tono habitual,
con denuedo observo desde mi ventana,
el frío de mi cuerpo me estremece
nuevamente, en lapsos
vuela mi mente.
Remembro al tiempo ido, al beso, al aroma de abedules
y violetas, al jardín lejano, mi fiel cedro, ese
árbol que sombreaba mi cabeza.
Añoro ese otoño que pasaba presuroso sobre mí,
el que extendía sus hojas como alfombra hacia
mis pies, estos pies, los que antaño recorrían,
caminando seguros tan aprisa.
Extraño ese cantar de pajarillos melodiosos,
los que entonaban su cantar con alegría,
aún llevo grabado el llanto, el reír, la
inocencia de mis chiquitos,
los que crecieron tan aprisa.
Mas hoy anhelo la ternura, y el arrullo intrépido
de mis hijos juguetones, fantasías
vividas, sueños lejanos,
acaricio mis manos,
sólo sé que estoy viva.
Del libro "Pasos De Niña Y Poemas" de
Ariam Diesel
No hay comentarios:
Publicar un comentario