(enero 2016)
Apreciable señor (a):
Le saluda a lo lejos,
alguien que ha escuchado lentamente su voz.
Siempre
quise escribir para mí,
escribir
día, o no, noche,
escribir
día o noche,
"qué no
es lo mismo"
pero
para
escribirle a todo
o negarle
lluvia
solamente al viento,
pero nunca pude.
Hoy
que ahora
escribo
para el mundo,
¡del mundo éste que vivimos!
quiero profundamente
entregarlo todo
y no confundir nada,
quiero llegar poco
a poco,
ganar
respeto,
confianza,
si llamar
reconocimiento
es que alguien
pronuncie: Es él,
pues
también
de eso quiero,
quiero
también,
— de eso pues.
Quiero
que un día
solo un día
de un día:
Tener
la calidad,
ese sello,
lo admirable.
Que pueda
usted,
encontrar
a lo nuevo,
ser
usted la voz
que
encuentren a mis letras,
algún día
y si
ese día
no llega
o llega
por las razones
que sean,
así sea
por tiempo
necedad mía
tiempo quizás
por no
tener nombre
o por dejárselo
al terminar,
siempre
hasta al final
acompañado
de lo
de arriba
o también
de la gracia,
y si
mira,
de un puntito.
Si
de un sueño
creemos,
sólo
quedará
conocerlo (a)
admirarlo (a)
seguirlo (a)
hasta
la mitad
de un llano
en su interpretación
y forma
y de lo que todos
afortunadamente
hablan: ésa, ése,
de voz.
P.D.
¡Puede mi trabajo estar esperando!
Reyvik.
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