Como muchas cosas que suceden en la vida…casi por accidente y azar, una noche me encontré compartiendo un dueto con una dama sensible y soñadora, que gustaba escribir sus pensamientos. Meredith… se llamaba la musa que me invitó a que escribiéramos un dueto para participar de un concurso de letras abierto, que fuera convocado por un Grupo literario denominado “Pasión Literaria”y el Amor como tema central de las publicaciones. Y así, accedí ante la proverbial simpatía con la que me envolvió Meredith… ¿lo hacemos?.. pues sí…. ¡manos a la obra!
Fue una experiencia única, mágica… los versos se acoplaron naturalmente… casi no hubo ensayo…fue como escribir sobre una tabla rasa en la que imprimíamos nuestros pensamientos… Pensamientos que fluían en sentimientos, aun con los ojos cerrados… parecíamos como transitar un trance…componiendo las letras que salían de nuestros corazones… Fueron versos amalgamados de ternura, cortesía, esperanza y pasión…
Quizás no sea casualidad que dos almas se encuentren… se atraigan… Dos “almas gemelas” que parecían volar… ya que no sentíamos los pies sobre la tierra… Fueron momentos de un dulce y placentero viaje que nos unió mas allá de distancias y tiempos… Una ficción que inspiró a nuestras plumas. A cada galantería que le profería a Meredith… ella respondía con un halago…
Nos dejamos llevar... nos emocionamos, yo diría hasta el borde mismo del llanto… inmersos en el infinito y aun en la densidad del silencio… Y al terminar el escrito nos sumergimos en su lectura con indisimulada ansiedad… La obra terminada nos resultó perturbadoramente hermosa… era como revivir una peripecia amorosa… colmada de metáforas cautivantes…
La prosa era precisa, natural, intensa… que nos hizo temblar de emoción y agradecimiento… como al ver un capullo de algodón que se eleva al cielo cuando se desprende de su rama… Fue un auténtico “Encuentro de dos almas”... Una conexión fugaz… quizás… pero radiante… como un relámpago de oro… que nos hizo felices con la ilusión encendida e imperiosa de compartir algún día nuestros destinos…
Jorge Daniel Pérez -Argentina-
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