(poema de doble rima)
Me he visto tocando el cielo, con la Creación a mis pies.
Me sentí dueño, esa vez, de cada pizca del mundo.
Me concebía un rotundo prototipo de grandeza,
lleno de brillo, belleza y angelical actitud.
Tiempos de la juventud y de arrogantes creencias.
Ignoraba la existencia de una entidad superior
que me ofrecía su amor, disculpaba mi soberbia,
perdonando mi inmodestia, defectos de todo joven.
…Se marchó el bisoño informe, la madurez llegó a mí.
Recién allí comprendí… que era tan solo un hombre.
INGEL LAZARET
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