Habrá brumas matinales
y cielos muy cenitales,
ocultos en los bosques,
escondidos en los parques.
Las hojas desprendidas,
arrastradas por el aire,
reconducidas en el viento,
volaran muy alocadas
hasta ser pegadas al suelo,
por esa lluvia tan pertinaz
que no deja de llorar...
suave dulce y mansamente.
En este otoño que sigiloso
y poco a poco va llegando.
MARÍA HERAS VÁZQUEZ -Barcelona-
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