"... Te quiero tener contento
para que ladres y muerdas."
(Del poema "Consigna", Pedro Garfias)
¿Qué mundo en crisis nos imponen ellos
que nuestras propias heces elevan impuestos?
Sin vicios, sin educación, solamente los sanos
captados por entero a una actividad cautiva
que nos subsista y engendre más zánganos.
La comunicación uniformada y los libros secos
prendidos al otoño sin exilio primaveral.
Las imágenes como dardos inoculados
en la estepa de la inmediatez banal
que nos conforme en el silente griterío
reventadas nuestras neuronas lastimeras.
Ahorcados en la sombra, jubilados sin gracia,
colgados de nuestra baba y mostrados con lamparones
como escoria inservible a extinguir
que exfolien nuestros jóvenes exiliados.
Mientras tanto, la noche fluye espumarajos contenidos
creciendo a la luz como iracundos quejidos cada vez más sólidos.
Las buenas palabras acabaron alargando la cadena,
esa que abrazará el cuello, ahora tan digno y erguido.
MANUEL JESÚS GONZÁLEZ CARRASCO -Madrid-
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