Solo,
yendo de mi lugar
a otro lugar
también mío y de otros,
bajo la mirada
de D.H Lawrence.
Los libros quieren decir algo.
Pound se ríe en el estante,
Trejo viaja de anaquel en anaquel.
El cambio de lugar
le sienta bien a Rimbaud,
y Kerouac llega desde Nuevo México
a esta oscura pensión de Buenos Aires.
Sospecho que nadie alquilaría mi pequeño santuario.
No hay lugar para correr.
Sólo un rincón para seguir llorando.
Del libro La Puta Verdad de
Mariano Schuster
Publicado en Agitadoras Revista Cultural 4
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