Hermano tonadero, coplero de mi pueblo
nombrador de horizontes
y la rotunda belleza de lo nuestro.
Hermano tonadero, pecho de huarpe,
sangre de guerrero,
quemador de naves para un canto
amanecido en cada minuto de tu aliento.
Recuerdo en la lejana patagonia
lloré una madrugada
por el amor descalzo de tus niños diarieros.
Imagen de tus versos doloridos
en las horas más crudas del invierno.
Fue un llanto por tu infancia y por la mía
tocando las fronteras del destierro.
Y caía la nieve por las calles
sobre las dagas australes de los vientos.
Hermano tonadero…
con hambre y sin maestro
aprendiste a conocer tu suelo.
Hermano tonadero…
te sigo desde aquí, desde el olvido,
con mi poquita voz rota en el pecho
pero con toda América en las manos
en un jacarandá de soles nuevos
Hermano tonadero…
poeta increíble de mi pueblo.
Arsenio Aguirre -Santa Fe, Argentina-
Publicado en la revista Isla Negra 331
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