Desde pequeña aprendí a ver la diferencia entre los vivos y los muertos. Normalmente los muertos tienen un espectro de luz por detrás de la cabeza. Y los vivos, hacen de todo para encubrir sus verdaderas intenciones usando el poder, la codicia y una buena dosis de maquillaje.
A medida que fui creciendo, descubrí que la realidad todo el mundo no veía los muertos. Yo veía y aprendía con ellos. Mientras todas las personas en el mundo buscaban por información, yo creaba una
información.
De este modo, aprendí como multiplicar y esparcir información por el mundo.
Yo doy a las personas todo tipos de información que alegren la mediocridad de sus existencias.
Finalmente, en todos esos años nunca me engañé.
Bien, yo no, los muertos.
Basado en el cuento El Atajo de la Señora Tood de Stephen King
Marcia R. Oliveri (Brasil)
Publicado en la revista digital Minatura 123
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