Si uno pudiera insertarse en la música
y descansar allí mientras el mundo
sigue siendo un estruendo combustible
tal vez podría detener la muerte
sin razones de peso/simplemente
porque es latosa y no se rinde nunca
si uno pudiera instalarse en la música
ser violín, guitarra o clavicordio
y elegir dulces alucinaciones
o tímidas preguntas temporales
el alma sonaría como un sueño
o el milagro de un pájaro en suspenso
pero nadie ha podido introducirse
como espía entre dos modulaciones/
en esa franja impar de los tañidos
la música será siempre de otros
otros que por la noche me rodean
hasta enhebrar la aguja del insomio
Mario Benedetti -Uruguay
Publicado en la revista Mapuche
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