Requiem: por el mejor hombre de dicado a una tradición
en Ribeira Sacra-Castro Caldelas
Cuántas veces quise ser
la tierra en tus laderas,
la piedra que impide
te desmorones de cansancio,
cuántas deseé ser, las raíces,
y savia ascendiendo por tu cauce.
Quise ser un dios para besarte,
beber el néctar en tus labios.
Rezando en silencio al empedrarte
dejando las señales en mis manos.
Día a día , año tras año, sentí pertenecerte
como al aire y luz, esencia del trabajo.
Lloré al recoger los frutos ya maduros
como si fueran hijos por mí engendrados.
¡Madre tierra;
ante una obra tan bien hecha,
voy tranquilo hacía el abrigo
que me brindarán tus brazos!
Mayte Andrade-Benicarló inédito de mi libro Poemario al Vino.
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