Es Noviembre y los jazmines
han llegado a Buenos Aires,
con un aroma dulzón
van invadiendo las calles.
En cada esquina hay un niño
que los vende porque sabe
que toda mujer espera,
que todo hombre regala,
y es con muy pocas monedas,
como se alegran las almas.
Hoy los chicos de la calle
ya no mendigan, trabajan
con ramitos de ilusión
llevan pan para la casa
y unos bolsillos alegres
donde las monedas cantan.
Con el aroma dulzón
se va embriagando la tarde
y en cada mesa tendida
un vaso con flores blancas
nos dice que nadie olvida,
que hay un regalo en el aire,
que es Noviembre y los jazmines
ya perfuman Buenos Aires.
RAMÓN DE ALMAGRO
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