Reiki nos aporta una serenidad de espíritu y unas ganas de compartir y de empatizar con la situación de
los demás a través de la energía. Empatizando y comprendiendo los síntomas físicos y emocionales de
a quienes transmitimos energía reiki, vivimos la necesidad de ayuda o servicio a los demás mediante
la imposición de manos o de envío de energía reiki a distancia. Sin embargo, la magia de la energía reiki es que sanando a los demás, nos sanamos a nosotros mismos y que contribuyendo a transformar las vidas de aquellos que vienen a nosotros en busca de energía, nos transformamos a nosotros.
Los símbolos de los que se vale la energía reiki y que nos dejó su creador, el maestro Mikao Usui (1865‐1926) nos ayudan a canalizar la energía con un propósito definido y, en el caso del símbolo Hon Sha Ze Sho Nen, poder enviar energía reiki a distancia sin importar lo lejano que resultara el punto del globo a donde deba focalizarse la energía.
Reiki es una poderosa herramienta que impulsada por la voluntad del canalizador de energía con la ayuda de sus guías de luz, puede contribuir a mejorar y crear milagros de transformación que nos demuestran que somos seres de luz.
El enorme movimiento energético que reiki provoca es una bendición que mejora la calidad de vida, sana, aporta paz e incluso limpia traumas o diluye bloqueos.
Reiki nos eleva, nos conecta con nuestro ser superior y nos impulsa a sanarnos y sanar a los demás. El
terapeuta permite que pase por él, como mero canal de energía que es, la energía reiki que impone o envía en comunión con la divinidad y tratando de no interferir, tan sólo permitiendo y, en ese proceso, puede recibir respuestas espontáneas que necesita quien recibe la energía o bien sobre aspectos de su personalidad, algunos de los cuales pueden haber quedado escondidos y que ahora salen a la luz para que se tome conciencia de ellos y puedan ser trabajados y tenidos en cuenta. En este sentido, reiki es un instrumento de despertar y de toma de conciencia.
Reiki es una luz que irradia en nuestro corazón y que trae bendiciones y metamorfosis. Con reiki también pueden purificarse espacios y se puede trabajar con minerales cuyos efectos potencian el tratamiento.
Con reiki también puede sanarse el planeta y eso nos funde con nuestra Madre Tierra, a quien enviamos
energía de amor universal a través de los chacras de las manos, mientras senmos como la llevamos a ella al corazón.
María Jesús Verdú Sacases
Publicado en la revistas LetrasTRL 52
No hay comentarios:
Publicar un comentario