La dueña del pubis angelical
había pasado la mitad de su vida
ausente hasta que un día
conoció otra media vida y otro pubis.
Enseguida el agua irrumpió como una lluvia
de notas musicales
y el dolor y el placer
de la mano
de la fantasía
fueron y sintieron,
y no esperaron la dicha ni la desdicha
ni dejaron que otros mintieran por ellos.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
No hay comentarios:
Publicar un comentario