Saltar.
Pero hacia atrás.
Saltar desde el futuro a la niñez.
Desprender la mochila
y desatar los miedos.
Caer de pie
o de manos
(no importa demasiado)
pero juntar mientras caemos
todas las palabras que olvidamos.
No entrecerrar los ojos
y abrir la boca grande
como para tragarse el cielo
y nunca tocar fondo.
Sólo saltar
(pero hacia atrás).
Saltar desde la muerte al fecundado óvulo.
Saltar,
siempre saltar
y saltar otra vez
hasta que el universo salte adentro nuestro
a otra luz
a otro cuerpo.
Julio Aranda -Argentina-
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