(A mis hijos María Eugenia, Martín y Sebastián)
En lo posible
les prestaré mi fe
Mis flores... mis flores.
Al tiempo
que ustedes
hablen al viento
de la suerte
- ya quebrada por ahí -
de la hora del compromiso,
de la zona del sentimiento,
del día de la gran relación,
de la misericordiosa amistad
de la poesía,
del anillo suave,
de la delicada solidaridad
de la lluvia...
y de silencios que estremecen.
La memoria duele tanto
como el olvido.
Del libro La otra altura de los pájaros de
RUBÉN PLAZA
Publicado en el blog deliteraturayalgomas
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