domingo, 14 de mayo de 2017

EL TERROR SEMBRÓ EL PÁNICO EN ESTOCOLMO


El día viernes 7 del mes pasado, a las 14:53 de la tarde, el terror tiñó de sangre la cotidianidad de ese fin de semana. Como todos los viernes la peatonal de la calle Drottningatan solía estar repleta de gente. De repente un camión, de alto tonelaje, arrolló a muchas personas en esta calle principal. Según los datos recogidos por el Cuerpo Nacional de Policía, el camión utilizado, en el atentado, pertenece a la fábrica de cerveza “Spendrup”. El chofer del camión se encontraba entregando mercadería a un restaurante. De pronto se dio cuenta que un hombre enmascarado se subió al camión y empezó a acelerar con clara intención de matar al mayor número de personas. Los informes dieron a conocer la muerte de cuatro personas y quince víctimas gravemente heridas. Unos minutos después el camión se estrelló contra la fachada del almacén Åhlens. El primer ministro sueco, Stefan Löfven, informó ese mismo día, en una conferencia de prensa, que Suecia había sido atacada.

Estocolmo se convirtió en un escenario de griteríos, de caos, de inseguridad, de tristeza y de gran vulnerabilidad. Los trenes, el metro, los buses y el tranvía dejaron de funcionar. Muchas personas se quedaron atrapadas en sus trabajos hasta nuevo aviso. Los colegios, las tiendas, cines, cafeterías y lugares de diversión permanecieron cerrados por seguridad. Y lo único que se podía observar eran policías patrullando las calles con cascos, chalecos de seguridad y con ametralladoras listos para cualquier eventualidad. El corazón de Estocolmo fue herido terriblemente. Las autoridades acordonaron algunas calles céntricas, por primera vez parecía reinar una situación de guerra. Se emitían informativos sin interrupción y aconsejaban a la población quedarse en casa. Mientras las fuerzas de seguridad recorrían calles, túneles, estaciones del tren y del metro como parte de su investigación. Difundieron, por los medios de comunicación, una imagen algo borrosa de un hombre encapuchado con barba.

El efecto fue sorprendente, tan solo unas horas después del atentado, la Policía capturó en el sector de Märsta, a unos 40 kilómetros del centro de Estocolmo, a Rakhmat Akilov de 39 años de nacionalidad uzbeka, cuyo aspecto físico coincidía con la foto difundida.

Akilov permanece arrestado y declaró, ante la justicia sueca, ser culpable de ese acto terrorista.

Javier Claure Covarrubias
Publicado en la revista Arena y cal 248

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