Triste y contrita por mis graves faltas
y por mi desvarío largo y leve,
y por haber gastado el tiempo breve
de la vida fugaz en amor vano,
a ti, Señor, que ablandas corazones,
y vuelves cálida la nieve helada,
y alivias la pesada y dura carga
de quien se enciende en tu ardor sagrado,
recurro; y ruego que me des tu mano
y me saques del mar, del cual yo sola
no podría salir si lo intentase.
Tú quisiste, Señor, morir por todos,
tú salvaste a la humanidad entera;
dulce Señor, ¡no dejes que me muera!
Gaspara Stampa -Italia- Traducción Eleonora González Capria
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