Tímidamente sonrió
y fue como si el mar cantara sus mejores olas
como si lo imposible y lo improbable dejarán de ser
por decir, que la distancia que divide a dos líneas paralelas no existiera más
tímidamente sonrió
quizá esperaba que él no se diera cuenta
que siguiera absorto en su café y en su periódico
pero él volteo a verla, justo en el instante de su sonrisa
el momento preciso en que ocurre lo improbable
Tímidamente sonrió
y ella siguió en su camino
él tardó en regresar a su mundo, por pensar en ella
tímidamente sonrió
evaporándose las distancias
que se hacen presentes
unas veces por sí solas
y otras por temor o por pena
el caso es que sonrió
a partir de ese momento
un corazón latió en forma distinta.
J. ALFREDO CISNEROS DEJESÚS -México-
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