Y en este tramo
que no me es difícil,
que es duro
pero no imposible,
he aprendido
que los años
no son nada...
Que pasan
como un suspiro.
Que lo verdadero
e importante
es que hayas
libremente vivido,
que hayas amado,
y te hayan querido...
Que lo que
se cosecha
son sonrisas
y abrazos,
palabras cálidas,
y contención,
cuando se nublan
los ojos de llanto...
Lo que se lleva
en tu alma
es el amor,
y nada más que eso...
No sirven
las riquezas,
ni cuánto
hayas acumulado,
si no tienes
el abrazo
de un amigo,
y su voz,
sintiéndola cerca
aún desde
cualquier lado...
No sirve
si no buscas
tener presente,
la mirada de un niño
que por necedad,
lo tienes lejos,
y que te ama
porque lo has gestado...
No sirve
pasar por esta vida,
sin haberse
dado cuenta,
que lo que
realmente vale
es el amor entregado...
En este otoño
en flor,
que renace
cada día,
me acerco
a un invierno,
que me acompañará
en el resto
de mis días...
Y al final
de esta estación,
quisiera que
el tren me deje,
en un lugar
en donde los recuerdos
se dejen ver...
en donde
el afecto viva
por siempre...
en donde
los tiempos felices
que vivimos,
formen parte
de un filme,
para volverlos
en cada instante,
a tener...
Que todo este trayecto
no haya
sido en vano...
que quede
como un premio
el haber vivido
y gozado....
Quisiera que
al final del camino,
estuviesen todos
los que alguna vez
he amado...
para tomarlos
de las manos,
y mirándonos
a los ojos, decir:
"Hemos cumplido,
el destino eterno
de habernos encontrado..."
Diosma Patricia Patty Davis -Argentina-
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