El tiempo pasa,
continúa su rumbo
recorriendo cada lugar,
llenando de experiencias,
compartiendo sentimientos
y aprendiendo de los errores,
tropezando pero superando
todo lo que encuentra en su camino,
envejeciendo pero en la mente y en el corazón
nunca se dejan de sentir bellos sentimientos.
Un año más de vida
que valoramos porque hemos aprendido
cosas nuevas para forjar los éxitos,
a pesar de aquellos malos momentos
que nos han quitado el sueño
o nos han hecho llorar.
Brindemos por aquellos
que han dado bienestar al alma
al dar su amistad y aprecio
llenando de cariño los corazones,
solo pidamos amor lleno de paciencia,
que se pronuncien palabras con sabios consejos
y que nuestros rostros
sean resplandecientes llenos de amor.
Que el amor sea eterno
como las estrellas del cielo,
que escuchemos el silencio del profundo mar
y que en nuestra mirada
siempre se refleje la florida primavera
para que nuestros corazones
endulcen nuestras vidas.
Que nuestros besos sean delirantes
con sabor a miel,
que cada abrazo sea con ternura
y que nos tomemos de la mano
para que corramos como locos felices
por los duros caminos de la vida.
Que nuestro rostro siempre
haya una bella sonrisa
aunque tengamos momentos de tristeza,
que nuestros sueños viajen hasta luna
y con tiernas palabras de amor
digamos a las estrellas
lo mucho que nos amamos.
Tomémonos de la mano como una flor
sembrándola en el corazón
y compartamos los sueños
porque en silencio el corazón
nos brinda el hombro
para que nunca estemos tristes.
Abriguemos con abrazos el alma
porque la amistad es como el trigo para el pan,
o como el sol para las plantas,
o como el color del arco iris que ilumina el cielo,
actuemos y siempre seamos como somos
y brindemos porque aquí
crece la sinceridad y la confianza.
Alberto Camargo (Colombia)
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