sábado, 24 de noviembre de 2012

EL POETA POLÍTICO


El poeta era también político. Se interesaba por los problemas
pequeños y grandes de las gentes y era capaz de encontrar y
aplicar soluciones. Su generosidad era eficiente. Podía sostener
una empresa. Podía dominar los pequeños detalles. Podía
enunciar, exponer. Su elocuencia había superado la impostura,
y entre las gentes sencillas y buenas el poeta político había
logrado ser uno más. Pero, si el poeta, más allá de la palabra,
atendía  a las cosas del mundo, sintiéndose simplemente vivir
también sentía la urgencia de la palabra misma. También
experimentaba  la necesidad de demorarse, de interrumpir la
fluencia entre el mundo y él. Entonces el poeta empezaba a
hablar para sí mismo en un intento de hablar mejor, más hondo,
a todos los hombres. Y perdía su voz y rompía su instrumento.
Así era, así será siempre.

Edgar Bayley Argentino (1919 – 1990)
Publicado en la revista Estación Quilmes

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