sábado, 24 de noviembre de 2012

EL CABALLO DE LA ARCADIA


Por Juan V Gutiérrez Magallanes

La  casa, de baldosas pintadas con flores de pétalos azules con estambres trasparentes, que dejan asomar el sol, para que llegue al núcleo de los granos de polen, el piso de la sala se transforma en la alfombra que utiliza el caballo, que vive por una semana, todos los primeros veinte días de los meses que terminan en número par. La casa está ubicada en la esquina más sobresaliente del barrio de Torices, donde fue escondido el diamante más grande obtenido por los  aborígenes del cacique Canapote, allí en aquella vieja quinta, como eran llamadas las casas amplias de mampostería, construidas pr viejos albañiles, en los primeros años de la República. Ellos hacían  la mezcla de cal, cemento y arena, una masa que se moldeaba según la melodía que interpretaba el viejo albañil en concordancia con el ebanista que conocía los secretos de la madera conque elaboraba sus guitarras. Por esos cuartos amplios de la casa, trota el caballo, después de alimentarse con las hojas tiernas de las matas de albahaca y espigas aciculares de la planta llamada Firmamento, vegetal traído de las Islas de Rosario, rico en tiamina, vitamina que mantiene la elasticidad de las articulaciones y la tonicidad de los músculos.

      El caballo fue contratado, por la señora de la casa, con el propósito de podar la hierba que crece de manera exuberante, por efecto de las emanaciones  del excremento depositado en grandes pozas en el interior de la tierra del patio. Trota masticando la maleza, mostrando cierta apreciación musical por los ritmos alegres de mucha percusión, lo que contrasta con las apreciaciones de la señora de la casa, que sólo escucha los salmos cantados y las alabanzas del pastor de la iglesia a la cual asiste todos los días del calendarios, que tiene por numeración siete, desacuerdo que se ha solucionado por los acuerdos a que han llegado, todo esto  está fundamentado en los hallazgos que se han dado con la presencia del caballo, el cual parece segregar cierta hormona en el orín, que influye en la fertilización y desarrollo de las plantas que estaban siendo amenazadas por la maleza, los frutos presentan un tamaño fuera de lo normal.

      El caballo, es capaz de interpretar el pensamiento de las personas que llegan a la casa, es por esto que la señora Bertica, ha considerado que debía aprovechar esta cualidad del caballo, para conocer las intenciones de los aspirantes a los puestos gubernamentales de la ciudad y del departamento, lo que ha permitido hacer premoniciones de las posibles acciones de los aspirantes a  los diferentes cargos gubernamentales.

      El Caballo, trota con  una lámpara en su  lomo, simulando la búsqueda de Diógenes, para encontrar el gobernante que necesita la Arcadia del Mar Caribe. La voz del Caballo se encarna en un pregón que dice así:

                          Busco un hombre de nobles acciones,
                          que brinde sus manos a la honradez
                           del trabajo permanente por la ciudad.

      El tiempo transcurría, mas en la ciudad, no aparecía el gobernante que necesitaban, lo que contribuía a incrementar el pensamiento pesimista de los que caminaban con la mirada hacia el centro de la tierra y no se atrevían escuchar el canto de las aves que sobrevolaban en el cielo que cubría el Mar Grande, como lo habían hecho antepasados de los aborígenes del ese mar.

      Hasta cuando una noche en que el Caballo no podía conciliar el sueño, buscó el eco extraviado del llanto de las plañideras que habían asistido al Lumbalú de Benkos Biohó, después de descifrar el acertijo de las voces, concluyó que sólo el Consejo de Ancianos,  constituido por los maestros más ecuánimes, certificados por testimonios de ex alumnos y la ciudadanía, podían gobernar aquella urbe, hasta cuando estuviera en la mayoría de edad el hombre que estaba en proceso de desarrollo, después de haberse   clonado de  una de las células  del esfenoides del cráneo de Benkos Biohó.

      El Caballo, estableció un código de ética, para el comportamiento de todos los ciudadanos y buscó a varios hombres para que lo sustituyeran en la limpieza del patio de la señora Bertica.

Publicado en el periódico digital La Urraka Cartagena

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