sábado, 24 de noviembre de 2012

COMO RUEDA DE UN CARRO


Inmersa en la nada, buscando...
El viaje habìa emprendido, las calles de tierra me encontraban.
El pasado, el presente y el futuro en una misma lìnea del infinito
La rueda del carro giraba y no...no dejaba de girar.
Avanzaba por los caminos como queriendo apartarse y dejar atràs tanta basofia, valmont se cruzaba entre
mi garganta y esos momentos irremediablemnte eternos.
La huella del carro iba quedando...atràs, pero luego reaparecìa, en raìces, en identidad,
en lucha.
Aquellos pueblos, aquellos caminos, tantos puntos de mi paìs, tanta tierra en los ojos, en algunos ojos, tanta sangre derramada, tantas làgrimas...
Y sì, nos topamos con viejos amigos, tambièn con nuevos, los mismos de siempre, aunque otros, y el reencuentro.
Màscaras de teatro, dolor que no nos deja a veces ni hablar, por sobre todo brazos, ideas.
La rueda del carro...aquella de madera y no primitiva, aquella que me demora pero no en vano,
aquella que me traslada al pasado, al presente y al futuro sin disoluciòn de continuidad,
aquella que me empuja a emprender el viaje, aquella que me inspira para seguir en la lucha.

Valeria Rossi -Argentina-
Publicado en la revista Mapuche

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