Atrás quedaron las guerras cuerpo a cuerpo. También, aquéllas en las que potentes bombas eran liberadas sin ningún tipo de pudor. Lejos las sombras de las batallas más sangrientas que causaban el regocijo del demonio. El hombre comprobó de cerca las garras de la extinción y decidió entonces recorrer los hilos de la vida a espalda del sufrimiento. La III Guerra Mundial, a punto de comenzar, reúne hoy a los jefes del Norte y del Sur en torno a un tablero de ajedrez. Quien gane tendrá compasión del derrotado. No habrá víctimas y todo el odio permanecerá encerrado en el tablero.
David Moreno Sanz (España)
Publicado en la revista digital Minatura 120
Artículo en la revista digital Teoría Ómicron
Hace 23 horas
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