dulces geometrías se diluyen
en las aguas imperiales repetidas.
Nadie nota las ausencias:
los duelos están prohibidos,
los aromas de colores aplastados.
Y ellos siguen...
juntan basuras de arriba
en el abajo de luz sombría,
como antes, como ahora,
sin climas diferentes
porque ayer es calor de invierno
y duele el verano frío:
es mañana.
Y ellos siguen...
caminan con ojos secos,
¿qué importa?
está de moda.
Ya no hay éxodos,
y los de antaño
se lamentan en silenciosos ruidos.
Navegar se puede,
sí, pero sentado.
Y ellos siguen...
el exilio está adentro,
gritó bajito el pibe,
mientras cada papel es
un bocado.
Marta Lilian de Toro
Publicado en la revista Mapuche 47
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