Bajo la lluvia
de gotas infinitas
las hojas otoñales
se arremolinan
sopladas por un suave
viento.
Un niño llora
en algún rincón
del mundo;
tan desgarrador
su grito
como el dolor
del que es
victima.
Al calor de una taza de té
me preguntó hasta cuándo
seguiré siendo cómplice
de la barbarie.
SALVADOR MORENO VALENCIA
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