Nace en el Cerro de Cabras
un caballero azulino
escribiendo en su camino
un idioma sin palabras.
Despejando las macabras
amenazas de sequía
corre de noche y de día
su corcel infatigable
para hacerle más estable
la vida a la sitiería.
Benito Hernández Cabrera
Publicado en Malaras y curiosidades 23
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