Unas cuantas notas de guitarra empiezan a sonar.
Un puñado de niñas intenta emular tus movimientos, esos que en tu persona parecen tan naturales y hermosos a ellas les salen forzados y sin soltura.
Tu voz sobresale entre golpes de zapatos y estruendosas castañuelas.
Te miro con orgullo desde una esquina como muestras todo lo que has aprendido en años de duro trabajo y sacrificio.
Parece que fue ayer cuando tú eras una de esas niñas a las que ahora das clase y hoy eres el punto de referencia en el que tantos se miran.
Has logrado hacer del arte tu forma de vida y te admiro por ello.
Tu nombre siempre será sinónimo de grandeza y por ello serás recordada de forma tan especial por todos los que te conocieron.
Desde siempre y para siempre tu misma en cuerpo y alma.
Tú.
AZAHARA OLMEDA
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