Los niños carboneros
Pasan camino a la ciudad.
-¡Eh, carbonero!
Y van golpeando a los animales con un látigo enorme.
Los burros son muy flacos y viejos.
Cada uno carga seis sacos de carbón de leña.
La arpillera está toda remendada.
Los carbones caen.
(Hacia el anochecer viene una viejecita que los recoge, inclinándose con un gemido)
-¡Eh, carbonero!
Nada más que estas criaturas raquíticas
Van bien con estos burros derrengados.
La madrugada ingenua parece hecha para ellos...
¡Pequeñísima, ingenua miseria!
¡Adorables carboneritos que trabajáis como jugando!
-¡Eh, carbonero!
¡Cuando vuelven, vienen mordiendo un pan sucio de carbón,
Trepados en los animales,
Apostando carreras,
Bailando, bamboleándose en los arneses como espantapájaros desamparados!
MANUEL BANDEIRA (1886 - 1968) Brasil
Publicado en la revista La Urraka 30
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