Llega un momento en que sí.
Llega un momento en que no.
Llega un momento en que tú.
Llega un momento en que yo.
En el café de La Una
me dan de pronto las dos
y las horas por venir
se enredan en mi reloj.
Llega un momento en que el agua.
Llega un momento en que el sol
se viste, naranja niña,
de canoro ruiseñor.
Se endulza y canta mi lengua
con volandera ilusión
y le salen alas blancas
a mi rojo corazón.
Hoy es ayer y es mañana
y yo no sé quien soy yo.
Llega un momento sin ojos.
Llega un momento sin voz.
Se hace el milagro al momento
y, en el jardín del amor,
los momentos se reducen
al instante infín de Dios.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
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