Que me duelen los cristales
de esta cárcel sin tu voz
y se cuelan mil desastres
por los huecos de tu adiós.
Que me duelen las paredes
de esta lánguida prisión
donde suena un miserere
por mi alma y su dolor.
Que me duelen los rincones
de esta oscura habitación
donde hubieron corazones
solo queda sin tu amor
este espectro sin colores
y la nada en su interior.
Gustavo González
No hay comentarios:
Publicar un comentario