¡Qué voraz es la frontera
entre amarte y no tenerte!
¡Cuánto muerden las estrellas
de las noches tan perennes
cuando sueño con quererte
y tus lágrimas me alejan!
Ya no quieres más amar
ni volar en cielo extraño,
solo quieres dibujar
en el viento tu retrato,
en el mar tu soledad
y en el humo tu pasado.
Mis pupilas no te olvidan
ni te quieren olvidar,
y te anhelan escondidas
y a escondidas te verán.
Tú serás su protegida
y tus sueños velarán.
Duerme en brazos del destino
solitario y sin final,
que mi fe duerme contigo
aunque no pueda rozar.
Sueña en brazos del destino
y no quieras despertar.
Gustavo González
No hay comentarios:
Publicar un comentario