Tres muchachos ojizarcos,
despeinados
tres estrellas
tres hermanos revoltosos
desmañados
que se enredan a mis horas
y convergen
en el amplio crisol de mi regazo
Tres monedas de oro fino
tres promesas que el destino
me ha entregado
y tres deudas...
tres empresas que la vida generosa
me ha confiado
y tres huellas
que un presente inasible
va trazando
a lo largo del tiempo, de mi mano
Hasta un día
ni tan cerca tal vez,
ni tan lejano
en que suelten amarras
mis tres barcos
mis tres sueños de piel
mis tres muchachos
y otro cielo distinto
les conceda
otro norte, otro puerto
otro regazo.
Susana Merino
Publicado en el periódico Argenpress
No hay comentarios:
Publicar un comentario