No la reseca fruta ultramarina
ni la importada rosa, te prometo.
Ni néctares pedidos al Himeto
ni pedrerías de extranjera mina.
Hermano móvil de la orquídea andina,
abeja de esta sierra es mi soneto;
para ti trae: aroma de cafeto
y sabor de naranja marcalina.
Que el imperio solar de tu mirada
funde huertos de amor en la bronceada
y temblorosa piel de mi canción.
Estalle, al fin, como en el pino el rayo,
como simiente de maíz en mayo,
la ternura nuclear del corazón.
Jaime Fontana Honduras
Publicado en la revista Isla Negra 322
No hay comentarios:
Publicar un comentario