martes, 11 de septiembre de 2012

SOLEDAD


La ciudad es la jungla, y no preciso
esta noche el empeño de la fiera.
Reclúyase en su oscura madriguera,
mientras sin alboroto yo improviso.

Bendigo el aislamiento, paraíso
del alma exhausta, que aúna y recupera
sus pérdidas de ayer, y se libera
de cuanto fuera absurdo compromiso.

La soledad, si ajena a la apatía,
sabrá acallar la voz de la anarquía
de las calles ruidosas, del gentío.

Soledad no es encierro ni rechazo,
si elegida por mí, más bien regazo
en que puedo afrontar todo lo mío.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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