PRISIONERO

En el penal de mi alma negra
el sol es la instantánea de tu pelo,
la gente las voces del desconcierto
y la vida es un estanque con pateras.
En la prisión de mi razón envenenada
las ideas son órdenes que desobedezco
y me enfrento siempre y siempre pierdo
a los versos, los consejos de mi muerte anunciada.
En la cárcel de mi cuerpo maltratado
mis manos se entrelazan en mi cuello,
mis rodillas resquebrajan hoy el suelo
y mis ojos miran solo un pasado imaginado.
En la mazmorra que confina mis sentimientos
beso cada noche las muescas de mis paredes,
abrazo los barrotes que te alejan de mi mente
y acaricio los rincones donde guardo tus secretos.
Prisionero de la amargura,
mártir de cada derrota provocada,
reo de las palabras nunca pronunciadas,
testigo mudo de la locura.

Gustavo González