PRISIONERA DEL MAR AMOR

Prisionera del mal amor y de su norte
Me dijo: entraré en mi celda de nuevo,
Como asesinando el cuerpo, envenenando
Mayo. Sólo ella tiene respuesta, pensé.
El absurdo es prueba de algún punto ciego
En el alma, de alguna comarca chica
Donde apenas el sol asoma, y si asoma
Se muestra descuidado. En su elegante
Monólogo cuya actriz se hizo memoria
De par en par faltaba ella, porque ella
Abandonó su corazón a su suerte.
Comencé a amar sus ojos y su voz,
Sus manos, el prisionero vuelo de su falda,
Detalles de su mirar cautivo, y era como una ave
Enjaulada la cual no me empeñaría en liberar.
Pero empecé a quererla de a poquito, y ya era
Tarde, sabiendo como sé que la echo en falta.
Si compone sus alas, le pediré volar junto a ella;
Mejor aún, caminar junto a ella y construir
Ese edificio gráfico y sonoro donde las palabras
Sanan, y convocan al amor y al deseo en otra realidad:
campos que verdean alrededor de los caminos.

FRANCISCO ARANDA Málaga, 12 de mayo de 2012
Publicado en la revistas LetrasTRL 49