martes, 11 de septiembre de 2012

CONVERSAR SOBRE EL TEMA DE LAS JORNADAS DE LA ELP


He traído algunos puntos para conversar sobre el tema de las próximas Jornadas de la ELP en esta actividad preparatoria:
1. El amor es un hecho cultural. En el Seminario X, Lacan  ubica el amor como un hecho cultural y señala que el amor ocupa un término medio entre goce y deseo (p.195). Es interesante porque lo ubica en el mismo lugar que la angustia. Sería su reverso, lo que no engaña y lo que engaña. Con esto se puede decir que avanza un paso sobre lo que lo que condiciona al amor.
A partir de definir el amor como hecho cultural Lacan formalizó sus cambios ubicando lo que funciona como medio y pensándolo sobre los tres registros.
Para  Platón se trataba del imaginario de lo bello como medio (Ver Seminario VIII).
El feudalismo produjo el amor cortés que fue una manera muy refinada de suplir la ausencia de relación sexual fingiendo que son los sujetos los que la obstaculizan. El amor cortés fue vaciado para poner en el lugar del deseo el amor cristiano. (Ver Seminario VII y Seminario XX)
Si se toma lo simbólico como medio entre real e imaginario se encuentra el amor divino que articularía el cuerpo y la muerte al precio de expulsar el deseo a lo real lo que traería aparejado el masoquismo, la ética del sacrificio. Sin embargo hay una paradoja porque el amor cristiano no extinguió el deseo, al contrario.
Para Lacan el amor vuelve a su lugar cuando se toma lo imaginario como medio, lo real entendido como la muerte y lo simbólico como la palabra de amor que soporta el goce.
Desde esta perspectiva el psicoanálisis recentraría la cuestión del amor. Miller señala   que cada vez que Lacan  habla de lo que habría que esperar de novedoso del psicoanálisis habla del amor. Sin duda porque Lacan pensaba que el psicoanálisis se sostiene en el lugar del amor, es el tema de la transferencia. El amor es la relación de lo real no con la verdad sino con el saber. Se trata así de la relación de lo real con cierto saber  y el amor “tapa el agujero”. Desde esta perspectiva toda novedad debería venir del  amor, un amor más digno. Hay que recordar  que ese término Lacan lo utiliza en el Seminario VII para  hablar de la dignidad de la Cosa.
2.El debilitamiento del orden simbólico y el amor. Una de los efectos  del debilitamiento del orden simbólico se evidencia en el amor que necesita de la palabra. Como acabo de decir el amor soporta la transferencia y permite la suposición de significación en la medida en que el amor es el amor a las palabras que pueden evocar un goce. Por eso el psicoanálisis es el lugar donde todavía se cree en el amor y se lo hace semblante operativo. Sabemos que el goce no se puede interpelar directamente porque genera transferencia negativa y que es necesario el amor, ser incauto del semblante, para alcanzar un trozo de real. Por eso tiene todo su interés interrogar en la actualidad el debilitamiento de lo simbólico y la dificultad con los semblantes frente a la emergencia de un real que los destruye y que permite preguntar qué es lo que sucede con el amor.
3.La función del amor en la experiencia analítica. La elección del objeto de amor está determinada por las condiciones de goce. Por eso se puede entender que el amor se dirige a un Otro que se supone, se imagina, que sabe de nuestra verdad que creemos amable y que amándolo nos dará la respuesta sobre ¿quién soy?. La pulsión es lo que queda de la demanda cuando el Otro del amor desaparece. La pulsión está más allá del amor. El deseo se anuda con la ausencia, el amor y la pulsión en presencia. La pulsión es una demanda del objeto de goce en el lugar del Otro que produce horror y necesita un velo. (Ver Miller Sutilezas p.161.)
Porque no hay relación sexual el amor se pone a prueba. “¿No es acaso con el enfrentamiento a este impase, a esta imposibilidad con la que se define algo real, como se pone a prueba el amor?” El amor realiza la” valentía ante fatal destino”.(Ver Seminario XX, p.174)
El amor en la experiencia analítica esta hecho de la misma estofa que el amor en la vida cotidiana. Lo que quiere decir que es la base del SSS donde por la mediación analítica se dirige al inconsciente como Otro.
Lacan en el Seminario XX (p.174) señalaba:
“…lo importante en lo que revela el discurso analítico, y sorprende no ver su fibra en todas partes, es esto: el saber, que estructura en una cohabitación específica al ser que habla, tiene la mayor relación con el amor. Todo amor encuentra su soporte es cierta relación entre dos saberes inconscientes.”
Si tenemos claro el funcionamiento del amor se puede entender su importancia en la experiencia analítica que podríamos señalar como lo que acompaña el camino de la palabra a la letra.
Miller en su conferencia de Comandatuba  señala refiriéndose al último Lacan que lo que hace existir el inconsciente como saber, es el amor. A partir del Seminario XX   el amor es lo que puede hacer mediación entre los unos solos. “Por lo tanto, decir que es imaginario, en fin, produce una dificultad. Es decir que el inconsciente no existe. El inconsciente primario no existe como saber. Para que devenga un saber, para hacerlo existir como saber, hace falta el amor”. Por eso un psicoanálisis necesita el amor al inconsciente. Es el único medio de establecer una relación entre S1 y S2. Es la base del inconsciente transferencial.
4.El amor al final. El amor cambia al final del análisis. Es importante señalar el pasaje del amor condicionado al amor con condiciones. El amor condicionado fantasmáticamente es tributario del elegir en el marco de la repetición y pone en primer plano un hacer dificultoso con la falta teñido con esos colores. En general se quiere cambiar al otro sin poder ver que eso que se rechaza es lo que ha motivado inconscientemente la elección.
El amor con condiciones hay que modalizarlo porque sabe cuáles son las propias y tiene en cuenta  las del otro. El amor significa que la relación al Otro está mediada por el síntoma, que permite cernir y ubicar el objeto, pero como dice Lacan en el Seminario XXIV, el amor es vacío. Es decir, es un amor que cuenta con las condiciones de goce sinthomatizadas y que puede disfrutar de la libertad de un vacío liberado.
5. Cambios. Amar es dar lo que no se tiene y esto implica la falta y sin duda, la castración. Esta falta pone en primer plano el A barrado y las distintas formas de hacer  con este punto estructural.
Se habla más de las mujeres y el amor que de los hombres. Se necesita una posición viril bien sostenida para que un hombre se aventure en el amor. Podría decir que el amor tiene para un hombre una pérdida y por eso la fijación fantasmática permite una recuperación que  a veces necesita de dos objetos.
En todo caso se puede decir que frente al A barrado del lado masculino se hace necesaria una presencia, que eso esté, pues su masculinidad se anuda al fetiche que le permite hacer con la falta. Del lado femenino se necesita que eso hable, el amor y la palabra van juntos.
Una pregunta interesante es si los cambios son estructurales o si se trata de los semblantes. Las modificaciones generadas por el discurso tienen efecto en los semblantes y esto afecta a todos. La crítica a los semblantes tradicionales masculinos no vio que eran una forma de hacer más llevadero el peso fálico para el portador del órgano. Del lado de la posición femenina la apertura al mundo de los objetos es otra versión de la noma mâle y  una mujer puede adaptarse a eso  muy bien y hacer mejor el hombre sofocando el goce Otro que a veces también es un problema. La pregunta que queda es si la “clínica de la hipermodernidad” genera cambios de estructura.

Hebe Tizio

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