martes, 11 de septiembre de 2012

ANGOSTA AGOTADA ESPERANZA


Sí, un vino de la tierra.
No, no, ya no nos queda.
Es que…
el camarero.
Éste camarero...
Un niño,
un niñato me robó la sangüichera.
Espera.
Termino de echar aceite de oliva al pan de molde.
Volteo el café.
Mancho la camisa,
Cuidado. Te decía.
Lo mejor en tu taza.
Azucarillo de otros bares.
Ya lo se.
Los cojo.
Los robo.
Pastillas dices. Un puñado.
Pero soy el dueño del bar
¿Inquilino?
En tu taza la mejor selección de cafés.
Eso ni el día que me concedieron
la licencia de apertura del establecimiento.
No es la hora de los vinos.
Esta es de esas horas que se pueden comer.
Camarero. Más.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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