Dime algo, empieza a hablar
qué esconde el ciclista
que desata la jauría y hace que lo persigan
Mira sus pieles de reojo
mientras corren son un solo animal
iguales en ladrido y velocidad
cazador solitario tras su presa.
Háblame, di algo
por qué no jugamos a adivinar cuántos pisos
tienen los edificios
entre uno y otro sonríe el horizonte
la boca abierta donde faltan dientes.
No importa el silencio sino el vacío de la frase
el color de la fachada se ve antiguo
y el verde azulejo nunca más será
Lo que parece piedra no envejece
pero se marchita con la respiración.
Ella expande la ternura de sus mandíbulas
siempre por accidente
Adentro es húmedo y se mueve
ahí donde los huesos del pie plano hacen nudo
y el zapato gasta su deformidad.
Hace tiempo no amanece al final de las noches
Antes hay motores
que llegan en oleadas hasta la cama
desde lejos
por la calle principal.
Víctor Hugo Díaz -Chile-
Publicado en Suplemento de Realidades y ficciones 85
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