Él y ella caminan en sentidos diferentes y se cruzarán. Desde antes se han mirado y han fingido no haberse visto. Cuando se cruzan, ella con su mano izquierda le roza un muslo. Él con su mano izquierda le roza una cadera. Unos pasos más allá, como si algo hubieran olvidado, giran, se regresan, fingen que nada ha ocurrido. Cuando se cruzan, ella con su mano izquierda le roza una cadera. Él con su mano izquierda le roza un muslo.
Unos pasos más allá, como si lo olvidado no importara, giran, se regresan, fingen que nada ha ocurrido. Cuando se cruzan están de nuevo cada uno en la dirección en que caminaban inicialmente. Él y ella no se miran. Quizás no han fingido. Quizás no se han mirado porque no se han visto. Quizás todos los roces, tan correspondientes, han sido casuales que no causales.
Del libro Bla bla bla bla bla sobre el amor de
FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES
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