Mi canario quiere alpiste,
pues yo se lo voy a dar
con lengua hasta al paladar
para que no se despiste.
Dejará de estar tan triste
cuando pruebe de mi amor
y de mi boca el sabor
como dulce caramelo,
más le haré volar al cielo
al ritmo de mi tambor.
Capturo de sus retinas
el fuego de su volcán,
nuestros cuerpos se unirán
entre seda y serpentinas.
Cerraremos las cortinas
cuando el mundo solo es nuestro;
le enseñaré a ser maestro
con varios juegos eróticos,
y con dos lazos simbióticos,
melifluos dones adiestro.
Sempiterno es nuestro intento
en las crestas de las olas
abrazándonos a solas
suspirando en movimiento.
Activados al momento
nos llega lava hasta el alma
en deleite y sube el magma
de etérea luna roja,
y cómplice pelirroja
con versos de amor al karma.
Nos tira besos al aire
contenta como ninguna,
porque nuestro amor se suma
sin un mínimo desaire.
Y gritamos con donaire:
¡gracias luna pelirroja,
eres corazón que aloja
albergando enamorados
cuando dos enamorados
ven tan brava luna roja!
María Sirena Matrí Mar -ESPAÑA-
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