La oscuridad me envuelve,
Aún no entiendo que pasa.
Era un día normal, de una semana normal, de una vida normal común y corriente como la de todos por aquí.
Recuerdo que me levanté muy temprano a organizar mis cosas, tenía mucho trabajo pendiente y debía apurarme, los niños aún dormían y debían ir a la escuela.
¿Por qué hace tanto frío aquí? El sol estaba radiante, pensé que haría calor esta mañana pero no, éste lugar es helado, ¿dónde estoy?
Los niños se quedaron en la escuela luego de darles la bendición y muchos besos, se me hacía tarde para ir a mi trabajo aún tenía que tomar 2 transportes y corrí en mi travesía.
¿Logré llegar? No recuerdo...
¡Ay por Dios no recuerdo! ¿Qué me está sucediendo?
Debo volver a las 2 pero no sé dónde me encuentro, ¿qué hora será? Mi familia me va a estar esperando y yo aquí sin saber de mí.
Un momento...
Sé de mí pero, ¿era yo la protagonista de esa película de horror? ¿Era yo esa mujer a quien bajaron del transporte a mitad del camino y entre golpes y gritos "encajuelaron" unos tipos?
¡Sí! ¡Era yo!
Entre patadas y "cachazos" me gritaban obscenidades arrancando mi ropa a pedazos, me aventaron con tanta fuerza que escuché mi cabeza golpear contra el piso como si una bomba estallara dentro de ella.
Entre carcajadas me violaron, me ultrajaron, me humillaron tantos y tantas veces que perdía la conciencia.
Mis hijos... Tengo que ir por ellos a la escuela su papá sale hasta las 6 y no tengo nada para la cena...
Otro golpe, por favor ya no me peguen ¿quiénes son ustedes? ¿Qué les hice? ¿Qué hice yo para que me hagan esto?
Un momento...
No escucho ruido, ¿se habrán ido o solo se cansaron de "jugar" conmigo?
No siento nada, ¿estará mi cuerpo adormecido por los golpes recibidos?
Hace frío, hace mucho frío y está oscuro aquí, ¿se habrá hecho de noche? no sé dónde estoy, ¿cómo voy a regresar a casa? Tengo que arreglarme de alguna forma si me ven así se asustarán.
¿Qué hora será?
¿Por qué siento tierra en mi cara? ¿Me habré caído? debo levantarme pero no puedo.
Un momento...
Recobré el sentido...
¡Señor! ¡Déjame perderlo de nuevo y llévame contigo!
¡Este hoyo húmedo y frío en que arrojaron mi cuerpo no era el sueño mío!
¡Mi Dios!
¡Sácame de aquí! Déjame estar a tu lado y desde ahí velar por los hijos míos.
María Villicaña Anguiano
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