jueves, 30 de agosto de 2018

A CARILDA


Le dediqué este soneto a Carilda Oliver el 19 de agosto de 2015. De manera sentida lo comparto hoy en que nos ha dejado una obra poética imperecedera

Carilda, te evoqué como ninguno
en estos años crudos del exilio.
Hallaron mis sonetos domicilio
en Calzada de Tirry ochenta y uno.

Tu ángel me florece en todo el pecho
cuando en Chicago hay una nube triste.
Supongo que tú duermes y él me asiste,
me enseña a ver Matanzas desde el techo.

Carilda, yo te llevo en mi desorden;
¿Qué amor hubiera dado sin tu eros?
Mi cama me ha exigido que tus fieros

y apasionados versos la desborden.
¡Pero también, Carilda, pones orden
en alma tan adicta a desesperos!

Jorge García de la Fe

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