Aún conservo en la memoria de mi alcoba,
el calor intenso de tus besos,
y el suave calor de tus caricias,
cual sonata de violines en mi almohada.
He bebido del coral de tu llovizna,
has colmado mi corola en los trigales,
y he soñado en tus brazos, vida mía.
Cual arcilla tus manos me esculpieron,
tus caricias en mis riscos se han cimbrado,
y tu fuego ha embebido mis estepas,
con la inefable suavidad de los helechos.
Y en la mágica fusión de nuestras almas,
cubriré de besos tu piel, amado mío,
y mi boca beberá de lo sublime,
entre rimas y al compás de nuestra espera.
Hortencia Aguilar Herrera -México-
No hay comentarios:
Publicar un comentario