miércoles, 29 de agosto de 2018

OSCURIDAD / DE CÓMO SE QUISO DECAPITAR A UNA PROCESIÓN DE HORMIGAS


OSCURIDAD

Aparcó en una calle en la que no había nadie. No era tarde, pero había anochecido ya. Llevaba un buen rato dando vueltas y era el único hueco que había logrado encontrar. No estaba excesivamente lejos, pero sí lo suficiente como para que tuviese que recorrer varias calles desiertas hasta llegar al punto al que se dirigía.
¿Qué hacer? ¿Convendría que guardase lo más valioso que llevaba en el bolso en los bolsillos del abrigo, como precaución por si era asaltada? Puso todos sus sentidos en alerta para ver si detectaba algo preocupante.
Unos pasos rápidos detrás de ella la asustaron de tal modo que echó a correr. No se dio la vuelta para
comprobar que eran los pasos de una mujer a la que unos pasos rápidos detrás de ella la habían asustado de tal modo que había echado a correr.

DE CÓMO SE QUISO DECAPITAR A UNA PROCESIÓN DE HORMIGAS

La minúscula rueda giró y giró y, en la primera vuelta, aplastó a la primera hormiga y la minúscula rueda giró y giró y, en la segunda vuelta, aplastó a la primera hormiga y la minúscula rueda giró y giró y, en la tercera vuelta, aplastó a la primera hormiga…

Del libro Prismas de MÓNICA RODRÍGUEZ JIMÉNEZ


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